Furioso desahogo

Hay una noticia que entre ayer y hoy nos ha mantenido atentos a los televisores y vuelto a poner en el tapete uno de los temas más delicados, que es el abuso de niños.

Me alegra porque al fin fue recapturado Sakarash, uno de los peores pedófilos de la historia nacional, pero nos hace plantearnos lo difícil de la situación, el qué haríamos en caso de que nos toque de cerca una situación así, qué castigo merece y si existe justicia...

El tema controversial y yo tengo muchos sentimientos encontrados:

Por un lado soy mujer, desgraciadamente aún no soy mamá, pero el ser mujer, me hace tener esa empatía especial que se da entre nosotras y obviamente que si me causa dolor el sufrimiento ajeno, más aún el de esas madres, la impotencia y la decepción frente a la in-justicia.

Por otro lado, tengo formación legal, sé que cada persona merece un juicio y justicia según la RAE es:

(Del lat. iustitĭa).1. f. Una de las cuatro virtudes cardinales, que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece.

Es decir, "dar a cada quien lo suyo", pero qué merece él?

La justicia está representada por una mujer que sostiene en su mano una balanza. Es la imagen de una mujer, porque se supone que es más compasiva, analítica y porque tenemos un idealismo que nos hace querer que "cada cual reciba lo suyo".

Esta mujer está vendada pero escucha, puede oir dos versiones y así decidir. No está con la vista vendada porque no vea la realidad. Esa interpretación es antojadiza y errada, está vendada, para no ver a quien administra su poder y, sea quien sea, reciba su castigo, sin mirar a quien, sin dejarse engañar.

Lamentablemente no podemos dejar de lado que Sakarash, siquiátricamente es un hombre enfermo, a esta altura queda claro que no es un ser humano normal, en sus cabales.

Que hacer si está enfermo? es como el caso de un deficiente mental que mata a otra persona en un arranque violento, es culpable? hay que odiarlo o compadecerlo?, internarlo en una institución mental o condenarlo a la cárcel, donde lo van a matar, si es que pueden o bien someterlo a vejámenes?.

Además el hombre es instintivo...se critica el que haya huído, pero que haría uno en su lugar? si tienes la oportunidad de huir, si sabes que vas a pasar el resto de tu vida en la cárcel, sabiendo además el castigo de la ley del hampa para violadores y pedófilos?. Te quedas mansamente yendo al patíbulo o huyes?

Obviamente, frente a la negligencia de otros, él arrancó. Como dicen por ahí, la culpa no la tiene el chancho sino el que le da el afrecho, y si hay instituciones negligentes, hay también quienes se aprovechan de eso.

Por lo mismo, me molesta profundamente el "show" de algunos Diputados o de la misma Presidente de la República, al felicitar al Director de Investigaciones.

Porque lo premian? si estaban simplemente haciendo su trabajo y más encima enmendando un error que las mismas instituciones han cometido al desatender sus labores y permitir que huyera?

Todos los días se atrapan delicuentes, todos los días hay quien hace bien su pega y no andan recibiendo felicitaciones y halagos por ello. Todos los días un juez encarcela a un criminal, un enfermero atiende a un paciente, un carabinero ayuda a un desvalido, un oficinista llega a su hora y realiza la tarea para la que fue contratado... Esto no tuvo nada de heróico como para que los premien.

Otra arista que me hace pensar, es que soy creyente, católica, creo en la ley divina, en la mano de Dios y que en Su infinita sabiduría y justicia, El tiene todas las respuestas.

Si no hay una justicia que nos deje contentos a los hombres, hay otra justicia que sí es implacable que es la de Dios, además de implacale es sabia, siempre llega. Sé que para quien sufre o para quienes no son creyentes, es una especie de consuelo de tontos o resignación.

No por eso nos vamos a quedar sentados esperando el juicio de Dios, para eso está la muy mal administrada justicia terrena. Pero igual existe y queramos o no, debemos recurrir a ella.

A más de estos argumentos, vuelvo al de mujer, ser humano, a la de los instintos, y ahí comparto lo de la furiosa masa de chilenos que gritan un sentido: "hijo de la gran puta!!!", frente a un criminal de la talla de Sakarash.

Aún siendo creyente, aún siendo cristiana, creo que el peor error de los últimos tiempos en materia de derecho, es haber derogado la pena de muerte. Ya que en muchos aspectos, es la única salida ejemplificadora, que al menos en cierta medida dejaba tranquilos a algunos, sabiendo que una persona que cometía delitos aberrantes, no tendría más la posibilidad de volver a dañar. Y por otro lado, daba una especie de escarmiento a quienes osaran siquiera pensar en cometer un delito, pues existe el miedo de la pena capital. No a todos les hace desistir, pero en algunos casos, sí.

Es un hecho que después de que fue derogado el artículo, el nivel de delincuencia ha aumentado y que la osadía de los avezados criminales ha sido sin parangón , pues ya no temen a nada, y somos nosotros los que nos escondemos en nuestras casas y estamos temerosos en las calles.

Aún hay una esperanza de reponer la pena capital, porque está derogado el artículo, pero no abolida totalmente, puesto que aún subsiste en el código de justicia militar, por lo tanto es un resquicio legal, para discutir la reposición en el código penal.

Respeto a la gran cantidad de personas, que sienten que de la única forma que para ellos, se hace justicia es eliminando o condenando a esta pena, a gente que no tiene, ni las ganas ni la posibilidad de rehabilitarse.

El estado gasta recursos en mantener a una lacra que abusa de sus niños, que mata a sus hijos, que viola, roba, asesina; delincuentes que nos tienen temerosos en nuestras casas, en las calles, en los autos, etc etc.

Cuando un delicuente es peligroso, más encima hay más gasto estatal, pues deben contar con guardia exclusiva, los vigilan con cámaras de seguridad que podrían ser utilizadas en otras cárceles, que no son de alta seguridad y que por lo mismo, su personal a cargo está expuesto a motines y agresiones.

Sabiendo que hay escasa dotación policial y de gendarmería en las cárceles, los más peligrosos, ocupan celdas aparte que serviría para mantener a dos o tres que andan por las calles y que eventualmente sí tienen una posibilidad de rehabilitación.

Dejarlos en una institución mental no es una solución, ya que sabido es, que muchos delincuentes se amparan en falsas enfermedades mentales para eludir las cárceles y además instituciones no están adaptadas para recibir gente peligrosa, su personal es de salud, no son gente preparada para atender motines ni agresiones ni fugas, no es una cárcel, por lo tanto igual hay un riesgo de que se fugen.

Por ahora queda confiar en la paupérrima administración de justicia, que los jueces hagan su trabajo y que utilicen los recursos que les proporciona la ley para aplicar un castigo ejemplificador, que haga sentir a las familias afectadas que existe la posibilidad de que alguien, que en este caso debe ser el estado, vele por los intereses de su pueblo.

Las leyes no son las malas, están todos los elementos para hacer una buena justicia, lo malo viene siempre de los que la aplican, que no se ponen en el lugar de las víctimas, que no piensan humanamente, que se les olvida que las personas no son carátulas de una carpeta, ni números de causa, ni roles amontonados en un tribunal.

Podrá dormir por las noches un juez que sabe que cometió un inexcusable error?

Cuando a las personas que administran justicia, se les olvida qué fue lo que los llevó a estudiar derecho cuando eran jóvenes, donde habían ilusiones e idealismo, es cuando uno deja de ver a sus semejantes como un legítimo otro, dejan de ver a las personas como un igual, ahí se apartan del amor y el trabajo se vuelve rutina, un mero trámite. Un caso más no es una persona sino un número.

Cuando a los que hacen las leyes, se les olvida que esas leyes son para las personas que los eligieron para representarlos, no para ellos mismos... es cuando empieza a fallar todo lo que sustenta el estado de derecho.

Algunas leyes sí están mal hechas, porque no son abogados ni juristas quienes las elaboran, sino personas que buscan su propia gloria mandando proyectos ambiciosos al congreso sin hacerse asesorar por quienes sí saben.

En todo ámbito de cosas y en todas las profesiones y oficios, cuando la gente que tiene puestos de poder se "auto-endiosa", cuando se creen superiores y se alejan de la realidad, es cuando empezamos a perder la batalla...

Si cada persona realizara su trabajo con amor y a conciencia, tendríamos mucho menos injusticias y llegaríamos a ser la sociedad que todos quisieramos tener... con la que yo aún sueño...

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