domingo, 29 de marzo de 2020

Insomne, retomo mi espacio de desahogos.

Dejé de escribir cuando me sentí menos "anónima" por así decirlo...a veces fui muy transparente y como algunos me conocían, empecé a auto-censurarme. 
Además me puse a trabajar en algo que de verdad me gusta mucho, pero que me ha consumido gran parte de mi tiempo y sobre todo, energías.
Me gusta mi trabajo y me ha brindado bastantes satisfacciones, como dije; pero el ambiente a veces es del terror. 
No sé si en todos los trabajos será así o  de verdad, como me han dicho varios colegas, el ambiente judicial es "especial". La cantidad de malos entendidos, rumores mala leche, descalificaciones a las espaldas, es heavy... O será que yo era (y soy en este sentido), más inocente e ingenua de lo que creía y me he llevado hartos malos ratos y lágrimas. 
Pero la verdad no sé si vaya a entrar en detalles en algún post (auto-censura de nuevo) o simplemente es el desahogo al retomar este blog y explicarme el por qué deje de hacer esto que me gustaba.
La cuarentena y ostracismo obligados, hicieron que me preguntara si quizás era tiempo de desahogarme de nuevo en este espacio... y parece que si.
No puedo dormir, me da vueltas el miedo y a ratos, la pena... 
No me cuesta el encierro, ya que mi vida social la he disminuido a casi cero desde antes. Terminaba  tan cansada mi jornada laboral, que no me daban ganas de nada más... los compromisos sociales mínimos y escogidos eran más que suficientes.
Pero la pena del encierro no va por la falta de vida social, sino que mi reflexión fue por el lado de "y si al salir de toda esta emergencia sanitaria hay a quienes no volveré a abrazar" o "si me muero, no habré hecho de mi vida ni mínimamente lo que hubiera querido".
Me sentí culpable de no haber viajado a ver a mis amigas que están en Santiago o en otros lugares porque me daba lata de solo pensar en las largas horas en bus para un fin de semana, que se me hacía demasiado corto...y así se me pasó mucho tiempo en que encontré excusas para no salir, bueno... a veces no eran excusas, simplemente no podía.
Antes no salía mucho por falta de plata, ahora no soy millonaria, pero podría darme ciertas licencias, pero no tenía tiempo o el cansancio me dominaba. Otras, cuando tenia tiempo y plata, no tenia quién me apañara, porque cuando menos trabajo tenía, los demás están a su ritmo y me reconozco cobarde para salir sola. (además, que fome salir y viajar sola!)
En fin...
Me arrepiento de no haber disfrutado más estos últimos veranos... como soy funcionaria suplente, generalmente en los veranos es cuando he estado con más ofertas de trabajo, que se han prolongado (afortunadamente por un lado, pero que desafortunadamente, no me ha permitido tomar vacaciones, porque pierdo la continuidad) y quien se aleja pierde la oportunidad que lo sigan llamando. Y así, no he tomado sol, disfrutado de la playa o campo o lo que sea, por largos años...
Extraño algunas risas, complicidades y abrazos...Extraño a mi adorable sobrina. (si, mi hermano fue papá con "la cuñada" aquella) y para colmo de ambos, con esa criatura nos adoramos.
Yo que soy de piel, extraño el abrazo de mis amigos, de mi sobrina, incluso de mis papás, con los que aún vivo, pero como son adultos mayores, los cuido...
Extraño el abrazo y las caricias de un compañero. Si, sigo sola...
Desde hace un tiempo el miedo se ha apoderado de mi...Primero con el terremoto, me angustiaba estar lejos de los míos por mucho tiempo. Creo que ahí empezó mi alejamiento voluntario de casi todo. 
Después vino el "estallido social", en que las protestas y desórdenes me hicieron venir de la pega a la casa... y ahora este miedo a que los actos irresponsables de otros, pongan en peligro mi vida y la de los míos.
Y acá estoy insomne, retomando las letras, con algo de desorden...