lunes, 6 de octubre de 2008

La vida es un segundo..


Ando tan re cansada, que por inercia escribo para despejarme un rato...
En estos días pasaron tantas cosas...a ver si logro sacarlas de la cabeza y ordenarlas de forma coherente.
El día domingo, cuando terminé de escribir mi último post, recibí un llamado que me dejó helada. Era mi amiga-comadre, para darme una mala noticia. Quería avisarme que su marido había muerto de forma repentina y que me necesitaba, que si podía viajar ...
Conversé con mis viejos, les expliqué y como mi papá sólo tenía hora al médico y no lo hospitalizaban aún, fui a acompañarla...
Fue tan duro!
Mi ahijada tiene apenas un año y un mes... Mi amiga estaba deshecha como una puede imaginar... y yo tb.
Pero una va para dar apoyo y ser un soporte.... Ahí estuve, acompañado, ayudando, revisando papeles, siendo práctica con las cosas legales... con mi cabeza llena de cosas a la vez.
No sé cómo explicar todo lo que pasaba por mi mente...
Entre la pena por la partida de mi compadre, el dolor de mi amiga, la tristeza de ver a mi ahijada tan chiquitita y tan dulce... mi papá enfermo y que me confirmaban que tenía que hospitalizarse el miércoles, para operar el jueves a primera hora...
La vida es un segundo...
Volví el miércoles, justo antes de que mi papá se hospitalizara...
Los días se me pasaron volando. Gracias a Dios, lo de mi viejo salió bien y ya llegó a la casa.
Claro, está tan bien, que ya andamos peleando porque no reposa lo que debiera..
Mientras me levanto temprano, ayudo en la casa, a mi mamá en el negocio, mantengo el orden, hago los libros y bla bla... termino agotada después de medianoche.
El fin de semana pasado, con mi papá en el hospital, entre todo lo que había que hacer, además había que recibir a las visitas de Rancagua que venían a vernos...
Estoy mona... pero bue... no seré la primera ni la última, hay quienes han pasado cosas peores.... pero estoy cansada igual.
Mis amigas han sido mi refugio, aunque leo sus mails a la hora de la corneta... sé que están. Siento todo el cariño y la buena vibra y las adoro por eso.
Mi amiga está mejor, dentro de lo que se puede. Un duelo no es algo de un día.. Pero ella es una mujeraza, luchadora y fuerte. No le ha tocado fácil, pero no está sola, ni lo estará si de mi depende...menos mi ahijada.
Igual pensaba mientras pasaba todo esto, en el compromiso que adquirí el día que decidí aceptar ser madrina... no es el compadrazgo, no. Es un compromiso de velar por una criatura de Dios, que me tendrá siempre que me necesite.
No es algo liviano, al menos no lo es para mí. Pero se me vino de golpe y porrazo, cuando la miraba tan inocente y ajena a tanta cosa que pasaba alrededor.
Estoy agradecida de Dios por haber conocido a una persona especial como Carlos, mi compadre, porque compartimos buenos y lindos momentos, porque me confió a su hija, porque me regaló su cariño y amistad... Porque amó tanto a una amiga que adoro...
Estoy agradecida de Dios, porque mis papás están bien y porque me di cuenta de todo el amor que se genera alrededor de mi familia, lo mucho que quieren a mis viejos y los buenos amigos que tengo a mi lado.
La vida tiene estas paradojas y estas cosas que se entremezclan, las buenas, las malas...
Dios escribe entre líneas...
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Hay una oración de Mahatma Gandhi, que mi amiga se la dedicó a su marido en la misa.
Es tan bella que quise compartirla y que además, desde que la escuché la hice muy mía, no sólo para recordar a Carlos, sino que para alimentar mi espíritu.

SEÑOR...
Ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes
y a no decir mentiras, para ganarme el aplauso de los débiles.

Si me das fortuna, no me quites la razón.
Si me das éxito, no me quites la humildad.
Si me das humildad, no me quites la dignidad.
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Ayúdame siempre a ver la otra cara de la medalla,
no me dejes inculpar de traición a los demás, por no pensar igual que yo.
Enséñame a querer a la gente como a mí mismo
y a no juzgarme como a los demás.
No me dejes caer en el orgullo si triunfo, ni en la desesperación si fracaso.

Más bien, recuérdame..
Que el fracaso, es la experiencia que precede al triunfo.
Enséñame..
Que perdonar es un signo de grandeza y que la venganza es una señal de bajeza.

Si me quitas el éxito, déjame fuerzas para aprender del fracaso.
Si yo ofendiera a la gente, dame valor para disculparme
y si la gente me ofende, dame valor para perdonar.

Señor...
Si yo me olvido de ti, nunca te olvides de mí!

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