un gesto de amor

Esta historia prometí contarla, porque da cuenta de un hermosísimo gesto de amor y amistad, que hicieron por mí.

Es verdad eso de que uno debe sembrar amor sin esperar nada a cambio. Las historias se entrecruzan, la vida te da instantes hermosos y más de alguien te puede sorprender, sin que lo imagines siquiera.

Esta es mi reflexión...

Hace un par de años atrás, cuando yo estudiaba derecho, estudiaba para las pruebas y exámenes con dos amigos: Andrés (el flaco) y su polola.

En el tercer año de la carrera Andrés congeló por stress, pero seguimos en contactos esporádicos en reuniones de amigos.

El día 5 de octubre, hubo una fiesta con la que culminaban las actividades de la semana de la facultad y que coincidió con la celebración del "Día de la amistad" acá en Chile.

Andrés llegó a participar también porque era el primer año que estaba fuera de la universidad, su polola aún era nuestra compañera y porque seguía siendo nuestro amigo.

Ellos fueron las primeras personas a las que vi, cuando llegué a la disco donde celebrabamos. Bailamos, compartimos y de hecho también fueron unos de los últimos de los que me despedí antes de irme a casa con mi hermano, que estudiaba lo mismo.

Un compañero le pasó su jeep al flaco para que fuera a dejar a su polola, cuando venía de vuelta a la disco a juntarse con él y devolver el jeep... Andrés falleció en un accidente. Unas arenillas y piedras sueltas en el camino, hicieron que perdiera el control del auto...

Me afectó muchísimo, aún extraño y lloro a un amigo tan especial como él ....y más me dolía en hecho de que no pude viajar a Santiago, que fue donde lo sepultaron.

Los caminos se cruzan... e insisto que Dios pone Su mano amorosa dónde menos esperamos, toca los corazones y nos escribe entre líneas...

Por otro lado.. tengo una amiga que conocí por chat. Ella estudiaba acá en Concepción, pero su familia era de Santiago.

Como yo no me ubicaba nada en Santiago, cuando pude viajar para el verano, unos meses después de la muerte de Andrés, ella me acompañó al cementerio, porque sabía lo importante que era para mi.

Tengo que aclarar que mi amiga jamás conoció a Andrés, sólo me oyó hablar de él y sabía lo mucho que lo quise.

Mi amiga se casó al año siguiente y me invitó a su matrimonio, pero después del matrimonio, apenas volví a Concepción, una serie de acontecimientos y malos entendidos hicieron que ella se alejara de mi. Traté de aclarar lo sucedido y preguntar qué hice y fue en vano... Ella se quedó a vivir en Santiago, por lo que practicamente perdí el contacto.

Dejé el tiempo pasar con la convicción de no haber hecho nada y con la pena de perder a una amiga, por causas que no conocía.

Al tiempo después, ella me empezó a llamar y tratar de ubicarme por mails, etc. Se había enterado que efectivamente fue un "chisme" del que yo no tuve nada que ver y me pidió disculpas.

Reconozco que me costó recuperar la fe en una amistad que creí perdida y en la que la confianza había sido quebrada, pero lo hice... Mi amiga estaba arrepentida de verdad y nos dimos una nueva oportunidad que hasta hoy subsiste.

El caso es que cuando ella se dió cuenta de que no hice nada para herirla, ni siquiera cuando me mandó a la punta del cerro... quiso hacer algo especial, un regalo para mi.

Después que nos reconciliamos... en el día de la amistad, ella fue hasta la tumba de Andrés, a dejarle unas flores y elevar una oración, a mi nombre.

De ella surgió el ofrecimiento para que, cada vez que pudiera, en el día de la amistad irá a ver a mi amigo, llevarle unas flores, o acompañarme cuando yo fuera a Santiago....y tenerlo presente en sus oraciones.

Por la importancia que tienen los amigos, por las lecciones que nos enseñan, por las huellas que dejan en el corazón, ella quiso hacer también, una ofrenda de amor.

Yo nunca imaginé que alguien haría algo tan especial por mí, tan bonito...

Un hermoso gesto que hasta el día de hoy, me llena de emoción.

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