Es raro... ser pudorosa para contar cosas y tener un blog...
Como ya casi nadie los revisa, me siento anónima denuevo y me dieron ganas de escribir...
En estos días me siento un poco sobrepasada... este año ha sido intenso...Terremoto, tsunami, estudios, amigas y amigos que se ofenden, que se alejan...la soledad, etc etc...
Me preocupé tanto y de tantos, que para variar, me olvidé un poquito de mi... bueno quizás esa sea MI manera de hacer catársis y sobrellevar las penas. Pensando en los demás...
Pero todo se junta...
...Y me cuestiono una y otra vez, si mi forma de querer es incorrecta... si "no eres tu, soy yo"...
Voy a desenredar la madeja de cosas en mi cabeza, empezando por el principio... por el 27 de febrero.
Lo demás que me ha llevado a este "análisis" lo dejaré para después...
Quizás deba escribir por capítulos, porque el primero será largo...
Traté de hacerme la weona todo un año, diciéndome a mi misma que la catástrofe vivida no fue tanto... en realidad, materialmente y gracias a Dios, no lo fue.. al menos en mi casa.
Pero sí de cerca sentí y "viví" en cierta medida lo fuerte que fue. Por ejemplo, mi cuñada de un súacate quedó sin su departamento, del que alcanzó a escapar de un piso 11 y también perdió su auto, que quedó aplastado bajo una pared del estacionamiento... al que por suerte no alcanzó a llegar.
Se quedó sola en la vereda del frente de su ex edificio, con un celular sin comunicación y con las llaves de un auto al que sólo se le veían las ruedas... sin plata, ropa, nada...
Amigos que relataban lo duro que fue para ellos, para sus amigos... Una compañera de trabajo de una amiga fue "llevada y traída" tres veces por la maldita ola...
Un vecino veía que el mar se llevaba su auto con sus hijas dentro...
Mi tío, que estaba de turno en una de las pesqueras que desapareció en el puerto, viendo como el mar se recogía y corriendo a mil por hora con la certeza de que si miraba atrás, se convertiría en sal, porque sabía que el mar venía bramando con fuerza hacia Talcahuano...
Tengo un cuaderno en el que anoté lo que pensaba y sentía los días post terremoto, un cuaderno que encontré en el maletero del auto, porque a mi pieza no pude entrar sino hasta casi 3 semanas después... Estaba tan desordenado todo, esparcido en un espacio reducido que no encontraba nada y tampoco me atrevía a entrar a ordenar.
Como yo ese viernes venía de clases, dejé mis cuadernos en el auto...
Esa noche, después que dejé de gritar, bajaron mis papás y mi hermano y sin soltar a la perra, agarré el canastito dónde estaban los cachorros y por instinto, nos fuimos al cerro, mientras con suerte veía dónde pisaba. Todos en silencio, sin mirar atrás...
Mi mamá del brazo de mi papá, mi hermano con la Pella y yo con un canasto con perritos...
Antes de subir, apareció mi comadre, su marido y mi ahijado, de 3 años, que no entendía nada...
Mi comadre estaba tan choqueada que al final, me hice cargo de la situación.
Llevamos un montón de frazadas y ahí se acostaron mi mamá y Javier, con el canastito de perritos para distraerlo, mientras entre réplicas le contaba cuentos, le cantaba y trataba de que durmiera un poco.
Pasamos esa noche eteeerna en el cerro, sintiendo que a cada nuevo remezón, esta vez sí que si, la tierra se abriría y nos tragaba a todos completitos.
Sin nada para comer, sin cigarros, radio, linternas ni agua... sin una noticia, sin saber si había sido un terremoto sólo acá o si era más grande, sin saber si mi casa se había caído finalmente...
Sinceramente, creímos que al bajar del cerro encontraríamos sólo escombros y el negocio saqueado.
Las únicas noticias que recibimos fue de la gente que a viva voz iba contando lo que oía en sus autos por la radio BioBío, nosotros estábamos mucho más arriba del cerro, así que no escuchamos casi nada.
Al otro lado del cerro, se veía las enormes llamas de las refinerías de Petrox, Huachipato y Petroquim... pensamos que iban a estallar, (con el tiempo supimos que estuvo a un pelo de que sucediera). Habría volado todo el cerro y gran parte de Talcahuano y San Vicente...
Esa noche fue eterna, no amanecía nunca! y bajó una bruma que amenzaba lluvia incluso...
Dormí un mes en el living... cuidando de la Pella-Pelusa y sus cuatro cachorros que ese día, recién cumplían un mes. Nacieron el 27 de enero...
Por eso que me quedé con la Petunia María, la única hembra de la camada de cachorros, la más grandota, desordenada y apegada a mi... la que me entretuvo días y sobre todo me acompañó noches enteras sin dormir...
Escribí en un cuaderno, a falta de blog... porque además me dije que algún día lo compartiría... pero estoy relatando sin abrirlo... aún no lo puedo abrir. Está ahí guardado.
La verdad es que nunca lloré a moco tendido lo que vivimos...
Al bajar del cerro cerca de las 8 de la mañana, nos pusimos a buscar, primero zapatos, ropa, velas y linternas.... Mis lentes de contacto (soy ciega como un topo y por suerte a la hora del "megasismo", había bajado al baño y a ver a la Pella que estaba inquieta y no dejaba de ladrar, así que estaba con lentes "con marco", por eso pude caminar al cerro sin lazarillo).
Al llegar a la casa, empezamos a ordenar, limpiar la gran cantidad de vasos, loza, adornos y botellas esparcidas por el piso. Mi mamá choqueada y enferma, con una incipiente neumonía porque no se cuidó un resfrío en todo el tiempo anterior... Si emperoraba... dónde mierda la llevábamos?
Mi papá y mi hermano limpiando, yo cuidando de mi mamá, de la Pella que estaba inquieta, los cachorros que no se salieran del canasto. Además yo estaba sin zapatos, con unas pantuflas delgadas... y podía enterrarme vidrios o cualquier objeto...
La puerta que comunica el negocio con la casa, se quedó trabada...una de esos refrigeradores enormes de bebidas se desplazó, tapando la entrada.
Teníamos un olor a cantina.... por todo el copete que se quebró... era un peligro tanto vidrio esparcido por el suelo.
Y la gente empezó a llegar... a buscar agua, leche, velas... obvio no descansamos. Atendimos por la reja de la casa y empezamos a vender y regalar las cosas de primera necesidad apenas lograron arrancar la puerta que comunica con el negocio.
Obviamente no podíamos abrir las puertas del local de par en par... la gente estaba desesperada y entraría en tropel, además, ya dije que había vidrios y desorden por todos lados. Todo revuelto, cosas tiradas por todas partes...
Y no había tiempo para llorar...
Sé que "colapsé" en mi casa tres veces, pero fue un colapso de un par de lágrimas y vuelta a trabajar.
La primera... fue a medio día, cuando me asomé a la puerta de la casa y vi un mar de gente, que metía sus brazos por entre la reja, todos gritando al mismo tiempo, pidiendo ayuda...
Abrí la puerta, miré hacía afuera, la cerré denuevo, me senté en el sillón y lloré...
Lloré porque me sentí impotente... porque estaba cansada, asustada, preocupada por mi familia, por mis amigos y sin embargo tenía que trabajar...porque habían personas que necesitaban que nosotros fueramos los mismos de siempre.
Me sequé las lágrimas y seguí atendiendo gente...
La segunda fue al segundo o tercer día... en que después de más de 48 horas sin dormir, traté de sentarme y tomar un café y vino una réplica tan grande que grité que por la chucha parara esta pesadilla! Que nos dieran tregua para respirar, para ordenar, para descansar un poco.
Pero miré a mi mamá y tuve que parar de llorar y controlarme.
La tercera... fue un día martes creo... Mi papá hacía "ronda" sólo hasta las 12 de la noche... el resto de la noche y madrugada, salíamos con mi hermano... total no podíamos dormir y había que cuidar las casas...
Sin embargo después del turno de mi papá, entramos todos a compartir un café...
No habíamos empezado cuando nos asustó el ruido de gente gritando y que con palos golpeaba la reja. Nos dijeron..."salgan todos" que vienen a saquear!
Con palos, cuchillos y lo que encontramos a mano, salimos a la calle, todos...menos mi madre.
Cuando nos asomamos a la entrada de la casa... habían cerca de 30 vecinos, también con lo que fuera considerado "armas"...
Mi papá les dijo que gracias por avisarnos y que siguieran en ronda... pero un vecino de otro pasaje nos dijo que cada calle estaba organizada, que toda esa gente estaba ahí, pero por nosotros.... que si venían a asaltarnos, nos defenderían, porque mis papás habían sido buenos...
Eso me desarmó... ver a mucha gente rodeando mi casa, con cariño, con valentía, porque al tener negocio, supuestamente seríamos el "blanco perfecto" para saqueadores...
Y en el fondo, sentir que la gente no es tan egoísta y que tampoco tienen mala memoria... y que todo lo bueno que alguna vez hicimos, era reconocido de esa forma.
Aún me emociona...
Recuerdo también que en una de esas noches largas de ronda, a la luz de una fogata en la puerta del pasaje... conversé con un lolito vecino... y decíamos lo loco que era estar en esa situación. Dispuestos a pegarle un palo en la cabeza, saltar como fieras con un cuchilo y simplemente matar a otro, si nos veíamos en peligro... Estar atentos al menor ruido, desconfiando de cualquier caminar extraño en las sombras... siendo que somos personas pacíficas, respetuosos de los semejantes... creyentes...
Estuve casi una semana sin dormir... después dormía cuando salía el sol, una hora, hora y media como mucho... la verdad no sé como pude. Por mucho tiempo no dormí de noche y sólo descansaba un poco al despuntar el alba, con luz natural.
Estuvimos cerca de 4 días sin poder avisar a la familia y amigos que estábamos bien...
Las únicas dos llamadas que entraron a mi celu cerca de las 9 de la mañana del día 27, fueron de mis amigas las Mujeres chilenas de 30, la Carlita y la Marce, ambas de Antofagasta, después mi celu murió como por 3 días...
El primer llamado que yo logré hacer, después de tratar de llamar a familia, amigos cercanos, etc... fue a un ex pololo. A él le dije que pusiera en facebook que estábamos bien, para que no tuviera que avisar tanta gente, era más fácil y masivo así... Además no me acordaba de ningún teléfono ni mail... y había que hablar cortito por si se cortaba la comunicación.
La cuarta vez que colapsé, no fue en mi casa.. y ahí si que pude llorar un poco...
Un vecino, a las dos semanas más o menos, tuvo internet... y me dijo si quería usar su pc para comunicarme con quien quisiera. Fue atinado y me dejó sola... a la rápida revise el mail y respondí los más urgentes...
A la rápida también, vi mi muro de facebook... la cantidad de mensajes de mi familia, desesperados pidiendo a cualquiera que supiera noticias de nosotros que avisara... las palabras de apoyo y de cariño de los amigos... me emocionaron.
Pero cuando me dio un ataque de llanto, ahogado por supuesto... fue cuando en unos de los mensajes habían dejado una nota esperando noticias, porque yo aparecía en google como una de las personas desaparecidas...
Ahí cagué...
Ver mi nombre, una breve descripción de mi "posible ubicación", el mensaje de que por favor avisaran si estaba viva o muerta, hizo que se pusiera mi carne de gallina... como ahora.
Un mes después, salí de mi casa por primera vez...tuve que ir a la universidad, porque el día 27 de febrero se suponía que tenía clases... así que el 26 de marzo, fuimos a dar un certamen... en el que me fue como el hoyo claro... Como el profesor del ramo estaba en Argentina desde antes del teremoto... tomó el certamen igual...
Manejé con cuidadito, fui en auto sólo porque era una forma rápida de volver a casa, arrancar o lo que fuera, además casi no había locomoción...
Como iba atenta al camino, poco fui viendo la destrucción...tampoco quería ver.
Cuando salía, era a lo imprescindible y volvía... así estuve los 2 primeros meses...
A Talcahuano 3 meses después... en colectivo. Nos dejaban a casi 5 cuadras del centro, porque más allá no había nada... nada!
A los 5 meses creo.. fui a la Base Naval con mi mamá al médico. Era su primera salida de casa, la pobre quedó mal... la Base, que conocí, no existía.
El Hospital Naval queda en el cerro...y la población donde viví por 4 años también, pero lo demás, nada...
Retomé las clases, empecé a salir a lo preciso, hasta que el miedo fue pasando de a poco.
Y me fui haciendo la weona...hasta ahora.
.